domingo, 28 de octubre de 2012

¿Repetimos la Edad Media?


La Edad Media española permitió modelar los rasgos peculiares del ser español, que le llevan del  particularismo al universalismo . Esto fue posible, en gran medida, gracias a la ausencia de un sistema feudal al estilo europeo, que sólo tuvo lugar en un área muy limitada."

Desde el punto de vista nacional, la Península se disgrega mas que se une durante la Reconquista: los reyes de Castilla y de León no dejaron de titularse "Emperadores" de toda la Península.

Las continuas guerras favorecieron las tentativas independentistas: Castilla de León, Portugal de Galicia; en el área levantina el Cid casi lo consigue; en Cataluña los matrimonios unieron y desunieron territorios.

Todos los reinos conservaron orgullosamente sus títulos desconfiando de sus vecinos. Los señores y los municipios contribuyeron a aumentar este espíritu particularista.

Al final del proceso de la Reconquista quedan sobre el territorio peninsular

cuatro reinos:

  Portugal.

  Castilla. ( que engloba los antiguos reinos de Asturias, Galicia, León, Castilla, y el señorío de Vizcaya).

  Aragón. ( que reúne los reinos de Aragón, Valencia, y Cataluña).

  Navarra

El primero de los mencionados queda fuera de nuestro ámbito. El segundo es el fruto de una concentración de poder que ha borrado cualquier diferencia entre sus integrantes (León, Castilla, Galicia, Asturias, las dos Andalucias etc.). El tercero de ellos es el resultado de una suma, en la que cada territorio mantiene sus particularidades. Entre los tres (y más en concreto entre los dos últimos) hay una rivalidad que se mantendrá largo tiempo.







EL INICIO DEL PROCESO

Las tropas musulmanas, llegadas a La Península a comienzos del siglo VIII, tardaron muy poco tiempo en dominar el país ya que contaron con no pocos apoyos y supieron conceder a los nuevos súbditos libertad religiosa y autonomía administrativa. No faltaron los descontentos, y éstos, tras varios intentos de enfrentamiento con los nuevos amos de la Península, tuvieron que optar por refugiarse en las regiones de Asturias y Galicia, o en el vecino reino de los Francos.

Entre estos emigrados encontramos a  Pelayo, antiguo miembro de la guardia de Rodrigo; pero la zona por él elegida para su refugio fue también dominada por los musulmanes, que pactaron con los astures. Pelayo fue enviado a Córdoba como rehén de la fidelidad astur y de los visigodos emigrados. Pelayo huye de Córdoba y se refugia en los montes de Asturias, donde consigue que una asamblea rural le declare jefe en el 718. Él y los suyos van a ser para Córdoba un grupo rebelde. Los nobles godos no participan para nada en todo esto, por lo que la contestación al poder de Al-Andalus nace del deseo de desquite de un "noble" godo ultrajado en su honor familiar y, además, del espíritu indómito de los norteños.

Lo de Don Pelayo fue solo una escaramuza con consecuencias. No se trataba de reinstaurar lo" visigodo", sino de recuperar el viejo status de algunos individuos.

Constituido un núcleo opositor en la Cornisa Cántabra, éste se limita a defenderse, ya que la dominación islámica en la zona es meramente nominal desde que los islámicos abandonaran el área de León-Burgos, debido a malas cosechas (segunda mitad del VIII y principios del IX).


Monarquía astur-leonesa.


El minúsculo reino de Asturias nace en la fecha tradicional del 718 o algún año mas tarde, después del 721, con el triunfo de Covadonga. El artífice de la victoria, primera lograda contra los moros , fue Pelayo, caudillo de la estirpe real de Chindasvinto, según unos e Hispanorromano según otros, que, después de conseguido el triunfo –al que la tradición vincula, la  intervención de la virgen -, fijó su capital en Cangas y reino pacíficamente hasta su muerte.

 El nuevo estado-fortaleza se hallaba comprendido entre el Cantábrico y la cordillera cantrabro-asturica, el río Navia y el ducado de Cantabria, donde no pusieron pie los musulmanes. Alfonso I , aprovechando las guerras civiles del emirato, ocupa Galicia y llega en sus correrías hasta el Duero. Fruela I funda Oviedo y establece en ella la corte. Alfonso II lleva sus incursiones hasta el Tajo y castiga la reacción de los moros, que saquean Oviedo, con la victoria en Lutos; en su tiempo se descubrió , en el llamado CAMPUS STELLAE ( Compostela ) , el sepulcro del apóstol Santiago.

  Ramiro I ganó la batalla de Clavijo o Albelda, en memoria de la cual se estableció el voto de Santiago , tributo nacional al Apóstol, en sustitución del de las cien doncellas  que había impuesto el soberano cordobés a Mauregato ( este discutido suceso, no esta demostrado).

 Ordoño I puebla León y Castilla, reconstruye ciudades y rechaza a los normandos de las costas gallegas. Alfonso III, tan guerrero como hábil, aprovecha la anarquía del emirato cordobés amenazado por la rebelión de Omar ben Hafsun, fija en el  Duero el límite  de sus fronteras meridionales y las fortifica con castillos.  Ordoño II establece su corte en León , nombre que adoptara en el futuro el reino, y vence a Abderahaman III en San Esteban de Gormaz, pero sufre en sus manos una grave derrota en Valdejunquera. Ramiro II se enfrenta al poderoso califa, toma Magerit (Madrid) y obtiene las victorias de Osma, Simancas,  y Alhandega con ayuda de la reina Tota de Navarra y el Conde de Castilla Fernán  González. Tras una serie de acontecimientos negativos, coincidentes con las fulminantes victorias de Almanzor, que termina haciendo tributarios a los monarcas leoneses, surge la figura de Alfonso V el noble , que, después de la batalla de Catalañazor ganada durante su minoría por Sancho III de Navarra y los condes de Galicia y Castilla, se dedica a reparar las graves heridas de la guerra, a reconstruir la capital, donde reúne el famoso Concilio de León (1020), y al imprimir nuevo impulso a la reconquista; murió en el sitio de Viseo.

 Con Bermudo III  se extingue la casa de Cantabria después haber sido elevado a reino el condado de Castilla, que creado en el siglo XI , se independizo de León en tiempo de Fernán González (923-70), cuyo nieto, Sancho García (995-1017), uno de los príncipes mas ilustres de su época, restauró el país  tras las devastaciones de Almanzor sufridas por su padre Garci Fernández. . Con su hijo García II acaban los condes.

 El rey de Navarra Sancho III., marido de la hermana de García, Doña Mayor, hereda Castilla la cede, con el titulo de reino, a su hijo FERNANDO (1032). Este se casa con Sancha, viuda del conde García II, a su vez hermana  y heredera de Bermudo III de León, con lo que ciñe las coronas de León y Castilla. Ambos reinos marcharían unidos en adelante, salvo en los reinados privativos de Fernando II (1157-88) y Alfonso IX  (1158 –1214) y Enrique I (1214-17), en Castilla, aunque todos ellos siguen figurando en la sucesión cronológica de los monarcas castellano-leoneses.

Galicia.

A mediados del VIII, el territorio es tomado por el monarca Astur-leonés y en él se asientan muchos familiares de la casa real, nobles y religiosos, lo que dará a su estructura social con connotaciones feudales. En el siglo XI y también en el XII, tendrán lugar luchas internas que desembocarán en la independencia de Galicia, que dura 100 años y acaba con la vuelta a la obediencia leonesa; pero sin una de las zonas. el condado de Portugal, que comenzará desde ahora su andadura como estado diferente y diferenciado del resto de los reinos cristianos.


En el 840, el recién nacido reino de Asturias, debido en gran medida a las innovaciones traídas por la cultura y civilización, ha tenido un crecimiento poblacional que se transluce en la necesidad de nuevos territorios, obtenidos en base a ocupar aquellos que habían sido abandonados por los islámicos; todo ello explica que en el año mencionado la capitalidad del reino pase desde Cangas de Onís a la zona de León (en plena Meseta). El espacio vital del reino Astur-Leonés queda así ampliado y consolidado. Pero pronto vendrán las divergencias y un conde disidente liberará su territorio del reino, naciendo Castilla de manos de Fernán González en el 932, un par de años después de otro gran suceso político en la Península: la declaración del Califato Independiente de Córdoba.

La estructura del reino astur favoreció la creación de demarcaciones, condados, como el castellano; pero este, aun siendo vasallo del reino astur, supo crear condiciones atrayentes para todos aquellos habitantes de Asturias descontentos (una estructura social basada en la existencia de una mayoría de hombres libres a diferencia de la astur, mas conservadora). Los continuos avances hacían que las duras condiciones de vida fueran "suavizadas" con gran numero de concesiones. En el siglo XI, el condado castellano pasa a depender de Navarra, pero vuelve a ser independiente en el 1.035. Tras su configuración como reino, se produce un parón que es aprovechado como reestructuración interna, y que parece mostrar el abandono de la idea expansionista por parte de Castilla; aunque no va a ser así.



Para el estudio de la entidad castellana, es inevitable mantener presente la idea de la repoblación; esta varía en su modo, pero no en sus objetivos, que siempre fueron económicos, estratégicos y políticos:

· económicos: se roturaron nuevas tierras para asegurar el mantenimiento de la población en constante aumento, y así mantener el de Control las rutas comerciales.

· estratégicos: repueblan preferentemente las zonas fronterizas de Al-Andalus.

  políticos: Los monarcas intentan, mediante la repoblación de algunas comarcas,  contrarrestar la influencia del estamento social beneficiado.

En el transcurso de la actividad repobladora la estructura social sufre importantes transformaciones:

  del VIII al X : se van formando los grupos sociales, condicionados por la  actividad militar del momento.

  del XI al XII parece apuntar una estructura feudal que no llegó a cuajar.

  del XIV al XV : son dos siglos críticos en lo social y en lo político, con dos   hechos significativos: la peste negra y las luchas sociales, que marcan el   final de la Edad Media.

Durante la Alta Edad Media los grupos sociales estaban divididos en :

Nobleza.

Libres o ingenuos (burgueses, colonos y campesinos).

Siervos.

La nobleza alcanza un gran poder político como consecuencia de las ampliaciones territoriales, de las que resulta la máxima beneficiaria. Se crea, de esta forma, la nobleza latifundista, que va a oponer su poder económico a la monarquía en lucha por el poder político. También la caballería salió beneficiada del proceso repoblador, al recompensársele su participación con fincas urbanas y rústicas. Muchos de estos caballeros establecieron relaciones de vasallaje con la aristocracia, al tiempo que vivían de las prestaciones de los campesinos. Esto hace que condición de los agricultores sea peor cada vez.

Paralelamente se produce la consolidación de las clases urbanas (burguesía), ligadas al desarrollo comercial y artesanal. La vida de estos burgos estuvo controlada por una oligarquía descendiente de los primeros pobladores.

Como defensa de los intereses profesionales surgieron los gremios, asociaciones que agrupan a profesionales del mismo oficio.


La Propiedad.

La pequeña propiedad libre fue dando paso a las grandes propiedades señoriales a causa de las grandes deudas. Los señoríos estaban constituidos por dos partes:

la reserva (reservada al propietario) y el manso (concedida a un colono a cambio de rentas) Posteriormente aparecerá el señorío jurisdiccional, en el que el señor tendrá potestad sobre los vasallos para castigar y juzgar.


La Ganadería.

Durante la Baja Edad Media, la ganadería ovina fue la mayor fuente de riqueza castellana; comenzó con la repoblación de la Meseta del Duero y fue una actividad no abandonada hasta tiempos muy recientes. La ganadería castellana se desarrolla sobre la base de lo que llamamos Mesta: asociaciones de criadores que fueron reglamentadas por primera vez por Alfonso X, creador del Honrado Concejo de la Mesta, organismo que fijó los itinerarios de la trashumancia por cañadas.

La ganadería fue el gran poder económico de la nobleza; pero la exportación de lanas perjudicó a la economía ya que, además de exportar materia prima sin industrializar al país, inmovilizó a la agricultura.


El Comercio.

Mediante las ferias, los intercambios económicos se desarrollaron desde temprano. Destacan Medina del Campo, Badajoz y Sevilla tras la ocupación, donde nace una poderosa clase comercial compuesta por genoveses y judíos, que exportan materias primas agrícolas e importan artículos de lujo. Burgos fue el centro recolector de la lana castellana que se exporta en bruto, excepto una pequeña cantidad que queda para la industria local. Las lanas de Castilla sirvieron para crear un proceso industrializador muy floreciente en Flandes.




Monarquía castellano-leonesa


         Castilla tubo la suerte de tener como primer monarca un rey digno del destino que le estaba reservado al naciente reino: culminar la tarea de la reconquista y fundir los  elementos del país, al que dio unidad política y lingüística. Una vez consolidada su posición en ambos reinos, FERNANDO I convocó el Concilio de Coyanza (1050) y , después de vencer en Atapuerca (1054) a su hermano García III de Navarra, que le había hecho la guerra, dirigió sus armas contra los musulmanes, a quienes arrebató  Lamego, Viseo, Y Coimbra, e hizo tributarios a los taifas de Toledo, Sevilla, Badajoz y Zaragoza. 

No menor es el impulso que imprime a la reconquista Alfonso VI con la toma de Toledo (1085) y la conquista de numerosas plazas ( Madrid, Guadalajara, Talavera, Cuenca), aunque hubo de sufrir las derrotas de Zalaca (1086) y Uclés (1108) a manos de los almoravides llamados presurosamente en auxilio por los reinos taifas; en Uclés murió su heredero el príncipe Sancho.  Sus hijas Urraca y Teresa se casaron con los príncipes borgoñones Don Raimundo y Don Enrique; el hijo de la primera, Alfonso Raimundez, inauguraría la casa de Borgoña con el nombre de Alfonso VII; el de la segunda, Alfonso Enríquez, transformaría en reino el condado de Portugal recibido en dote de su madre.  En el reinado de Alfonso VI  irrumpe en el escenario de Castilla una figura  legendaria: Rodrigo Díaz de Vivar, llamado  CID –Sidi señor- por los enemigos y CAMPEADOR  por los suyos, que, desvinculado de su rey, pasea  sus armas por  España y llega a tomar Valencia, fundando una especie de reino (1094).

        Alfonso VII, tras imponer vasallaje al Conde de Barcelona Ramón Berenguer III y a los reyes de Navarra y Portugal, se hace coronar en León emperador de España (1135) y, aprovechando la coyuntura favorable de las contiendas entre moros , ocupa momentáneamente  Córdoba y toma Almería (1147), con ayuda de naves Italianas.

Durante el breve reinado de Sancho III se funda la Orden de Calatrava, primera orden militar española. Alfonso VIII, tras una turbulenta minoría, provoca con sus incursiones hasta el mismo litoral mediterráneo la invasión africana del califa almohade, que le derrota en Alarcos (1195), pero se desquita con creces en las Navas de Tolosa (1212), con ayuda de Pedro II de Aragón y Sancho el Fuerte de NAVARRA: El golpe asestado a los musulmanes pudo ser decisivo.

 Fernando III el Santo, que une definitivamente León y Castilla, dedico toda su vida, a la lucha contra los moros, a quienes arrebato Andujar, Martos, Baeza, Córdoba (1236), capital del antiguo Califato, Jaen y Sevilla (1248), capital Almohade. De no haberse formado el reino de Granada, cuyo rey Mohamed Alahmar le rindió homenaje (1246), hubiera terminado por expulsar de España a los Arabes.

 Alfonso X el Sabio no mostró tanto interés por la tarea conquistadora como por sus quehaceres literarios y sus aspiraciones  a la corona del Sacro Romano Imperio; no obstante , con la toma de Niebla (1262), acabo la reconquista del occidente de Andalucía.

  Sancho IV, tratando de dominar el estrecho para impedir el acceso de nuevas invasiones africanas, conquisto Tarifa (1292), donde , sitiada la ciudad por los moros, tiene lugar la  gesta de Guzmán el Bueno.

 Fernando IV completa el dominio del estrecho con la toma de Gibraltar (1309), que sin embargo, se pierde en el reinado siguiente. Al pretender reconquistar la plaza, después de derrotar a los benimerines en el Salado (1340) y rendir Algeciras (1344), muere ante sus muros, víctima de la peste, Alfonso XI, cuyo reinado transcurre casi todo él en  lucha fratricida  con sus hermanos bastardos, los Trastamara, lucha que adquiere carácter internacional por la intervención de los franceses  e ingleses , durante un respiro en la guerra de los Cien Años, se extingue la casa de Borgoña.

        La casa de Trastamara, que inaugura Enrique II  al dar muerte a su hermano Pedro en los campos de Montiel (1369), no hace gran cosa en pro de la reconquista salvo su ultima representante, Isabel la Católica.

 Enrique II incorpora a la corona el señorío de Vizcaya y, devolviendo la ayuda que recibiera de Francia para hacerse con el trono, envía sus naves en socorro del rey de esta, Carlos V, durante la guerra de los Cien Años,  y derrota a la escuadra Inglesa en la Rochela.

 Vacante el trono portugués, JUAN I, casado con Beatriz, único hijo del rey difunto, alega sus derechos a la corona lusitana, iniciando con ello una política que mas tarde daría sus frutos, pero es derrotado en Albujarrota (1385); Al casar a su hijo Enrique con Catalina de Lancaster,  nieta de Pedro I el Cruel, legitima en cierto modo la línea bastarda castellana e instituye a favor del heredero de la corona, el titulo de Príncipe de Asturias (1388).

 También Enrique III,  enérgico de carácter pero enfermizo de salud, pone sus miras en el Atlántico y, después de dominar los excesivos privilegios de los nobles, inicia la conquista de las Canarias (1402).

 Durante el reinado de Juan II, que, mas dedicado a la poesía que a los asuntos del gobierno, confía la dirección de este a don Alvaro de Luna, se produce, la toma de Antequera por el infante don Fernando, que más tarde instauraría en Aragón la casa de Trastamara.

  El reinado de Enrique IV se hunde en  la anarquía y la degeneración hasta que por el tratado de los Toros de Guisando se reconocen los derechos sucesorios de Isabel, que, al morir su hermano sin sucesión masculina, es proclamada reina .




VIZCAYA

        Este país formó parte del ducado de Cantabria, y, con el , fue reunido al reino asturiano por Alfonso I. Un siglo después los vizcaínos reivindican su independencia y eligen por señor a Lope Fortún hacia 870.

 Sus descendientes conservaron ese señorío y participaron en la lucha de la reconquista, ayudando a Fernán González y Alfonso VI en la toma de Toledo; al Alfonso VIII, que les concedió la villa de Haro, de la que tomaron su apellido desde don Lope IV Díaz de Haro, cuyo hijo, Diego II, se distinguió en las Navas de Tolosa,  y el nieto de éste, Diego III en la toma de Sevilla.

 A la muerte de Diego IV, fundador de Bilbao en 1300, el señorío pasó a su hermana doña María y luego a la casa de Lara. La estirpe se extingue con don Tello de Castilla, hermano  de Enrique II y marido de doña Juana de Lara, a cuyo fallecimiento (1370) , pasó el señorío a Don JUAN, hijo de Enrique II de Castilla y de doña Juana Manuel, que fue jurado señor en 1371.




Paralelamente, en el Este peninsular, los francos creaban un sistema conocido como Marca Hispana, que no es más que la creación de un espacio político afín en las cercanías y que tendría la función de servir de "parachoques" a los francos, en caso de un intento andalusí. En el área pirenaica, navarros y vascos se niegan a la sumisión contra los islámicos, pero cada uno de ellos "trabaja" aisladamente, aunque con el "vistobueno" de los Francos, que no ven con malos ojos la creación de otros espacios  similares al de la Marca Hispana.


La Corona de Aragón.

Instituciones.-

El territorio de la llamada Corona de Aragón abarca tres reinos distintos entre sí y que mantienen la idea de sus propias diferencias sociales y legales. Los reinos de Aragón, Valencia y el Condado de Barcelona forman una "federación" monárquica: tienen tres reyes que, casualmente, son la misma persona, pero que tiene que actuar siempre a favor de los intereses de su reino; esta unidad-múltiple favorecerá desde temprano la autonomía de territorios, gobernados por los señores, que ante la ausencia del rey van acaparando poderes, He aquí uno de sus rasgos peculiares: un gobierno monárquico controlado por los señores (algo realmente feudal); pero, al tiempo, supranacional.

La monarquía aragonesa se fundamenta en el pactismo (algo realmente moderno), que permite al rey reinar con el apoyo de todos, pero: siempre que las actuaciones del rey no se enfrenten con las costumbres y derechos de cada una de las piezas de la monarquía. Como se comprueba "casi democrática", pero también "casi feudal".


Fueros:

Hasta el siglo XIII, cuando se establezcan unos fueros para todo el reino, sólo existían normas legales de ámbito comarcal, costumbres que toman el rango de ley en base a la tradición consuetudinaria. Tradiciones que se irán imponiendo unas sobre otras hasta el XIII, cuando se unifiquen. Por lo general, estos fueros protegen la propiedad privada, favorecen lo urbano, desgravan fiscalmente la propiedad, castigan el allanamiento de domicilio y protegen al individuo de a pie frente al poder rey. Algo realmente "burgués" subyace en la foralidad aragonesa, pero no todo es modernidad; las estructuras de poder demuestran claros signos de "feudalismo": los señores como administradores de los territorios, con poderes muchas veces arrancados al monarca, que ve así limitado su poder.

Los fueros de Zaragoza conocieron la mayor de las difusiones de entre todos los fueros locales y municipales Aragón, imponiéndose por encima de todos los demás.

La influencia mozárabe se deja sentir en algunos puntos de los fueros.


Dinastía y herencia al trono -

La dinastía reinante era la Casa de Barcelona, que se mantuvo desde la unificación, en 1.137, hasta el 1.410, momento en el que los Trastámara llegan mediante el Compromiso de Caspe.

El primogénito heredaba los reinos de Aragón, Cataluña y Valencia; mientras los demás hijos recibían distintos señoríos. En vida del rey, el heredero recibía el título de Duque de Gerona.


Sistema de Gobierno.-

Al no poder el rey personalmente ejercer su poder en todos sus territorios, delega en otras personas. a las que dependiendo del reino y del momento histórico, se las llana Procuradores, Gobernadores, Lugartenientes y que a partir del siglo XIV reciben el nombre de Virreyes.

El monarca lo era distintamente de cada una de las piezas del la Corona, a las que debía gobernar según las costumbres del reino. Era reconocido como tal tras el Juramento, que venia a ser algo parecido a:

"Nos, que Valemos tanto como Vos, y juntos mas

que Vos, os hacemos nuestro Rey si respetáis

nuestros usos y costumbres, y si no, no,"

El monarca, como se ve, estaba limitado en el ejercicio de su poder por las leyes, usos y costumbres. Esta característica es la conocida como PACTISMO, ya que el rey reina mediante un pacto con los súbditos.


Foralismo. -


Dado lo dispar de la monarquía aragonesa, la diversidad de legislaciones marcó uno de los principales escollos para su gobernabilidad. Los fueros locales y los territoriales eran muy diferentes unos de otros; pero, un proceso natural los hizo acercarse unos a otros, prevaleciendo los de la ciudad de Zaragoza sobre los demás. Muchos de estos fueros no estaban escritos y eran meras tradiciones orales, de ahí lo difícil de su manejo. Se auto-respaldaban en "la tradición y las costumbres". La condición burguesa de muchos núcleos urbanos favoreció la aparición de fueros que respetaban la propiedad privada y que incluso la declaraban exenta de cargas fiscales. El fuero pretendía defender al ciudadano de los posibles abusos legales del rey, al que los nobles habían arrancado en muchos casos grandes privilegios y concesiones.


Las Cortes de la Corona aragonesa. -

Aunque desde muy temprano existieron reuniones en las que el monarca escuchaba las quejas de sus súbditos, es el siglo XIV cuando, de la mano de Pedro IV, El Ceremonioso (1.336-87), se componen unas ordenanzas que estructuraron el sistema cameral en:

  Curia Ordinaria (asesora al monarca).

  Curia Extraordinaria (Cortes).

Ambas estaban presididas por el monarca o, en su defecto, por alguien delegado por él.

El rey esta obligado a reunir Cortes con una cierta periodicidad, que varía según los reinos: en Aragón, como mínimo, una vez al año; en Cataluña y Valencia, tres. En caso de no ser convocadas (para evitar oír críticas), las Cortes, tomando una institución de origen catalán se autoconvocaban.

Las Cortes eran asambleas distintas en cada uno de los tres reinos. En Cataluña y Valencia constaban de tres brazos.

  Militar-Señorial.

  Eclesiástico.

  Real o popular.

En la asamblea de Aragón los brazos eran cuatro, al desdoblarse el primero de los mencionados en magnates e infanzones.

En las reuniones a Cortes, se trataban primero los temas propuestos por los distintos estamentos antes de que el rey pudiera intervenir pidiendo cualquier tipo de subsidio, impuesto, etc. Para la reunión de Cortes, cada uno de los brazos se reunía previamente por separado, proponiendo los temas a tratar; posteriormente, los tres brazos acordaban el "orden del día", del que, frecuentemente, quedaban fuera algunos temas.


Administración Central territorial y local. -

Central:

Giraba en torno a dos organismos: Cancillería y Consejo Real. Los cargos más importantes de esta administración central eran el de Canciller, que dirigía la Cancillería y presidía el Consejo real, convirtiéndose en una especie de ministro de asuntos interiores y exteriores; debía ser doctor en Derecho. El maestre racional era el encargado de la Hacienda.

Territorial:

El jefe de esta instancia administrativa era el Procurador General. La estructura administrativa era distinta en cada estado de la Corona: en Valencia la división era en cuatro distritos; en Cataluña, dieciocho circunscripciones, al frente de las cuales se encontraba el vicario con poderes judiciales y militares.

Local:

Se estructuraba en municipios cuya composición pasaba desde los municipios en los que una asamblea general de vecinos (presidida por el vicario y reunidas en la plaza) hasta los consulados o juntas de representantes, pasando por los consells). En el ámbito aragonés, destaca el zalmedina, figura típicamente zaragozana que nace de una vieja institución del periodo de dominación musulmán.

Durante el siglo XIV la estructura municipal catalana fue extendiéndose por el resto de los reinos; a esta extensión, acompañó un notable florecimiento de las actividades comerciales y mercantiles, de las que la administración catalana era fiel reflejo.

Justicia y Hacienda.-

En consecuencia con los demás sistemas institucionales de la Corona, la justicia y la hacienda también tienen fuertes connotaciones locales.

La antigua figura del juez de Corte dio lugar a la aparición del Justicia Mayor de Aragón, cargo que irá tomando fuerza hasta convertirse en, primero, el juez principal del reino de Aragón y, mas tarde, de toda la Corona de Aragón.

En los señoríos, persistieron los tribunales señoriales, cuyas facultades variaban según las atribuciones que habían conseguido del rey.

Los elementos eclesiásticos contaban con tribunales propios, entre los que destacan los de la Inquisición, introducida por primera vez en Aragón en el 1242 para atajar las herejías.

La Hacienda y el Patrimonio real dependían del Maestre racional, desde el 1265, el cual tenía a sus órdenes a un tesorero, un escribano de ración (encargado de efectuar los pagos) y tres bayles generales (recaudadores).

La estructura social, fundamentada en el estamento, se componía de:

Rey y Familia real

Nobles (brazo Mayor)

"Burguesía" (brazo mediano)

Pueblo Llano (brazo menor)

Todos son vasallos del Rey. Los nobles poseían señoríos inconfiscables por el monarca. Los nobles de rango inferior podían serlo por concesión real.

La gran masa social la constituían los campesinos o payeses que podían ser libres (y por tanto propietarios de un allodio), o estar encomendados a un señor o patrono.

Cabe destacar la persistencia de minorías sociales tales como los moriscos y los hebreos, ambas minorías se estructuran internamente según sus propias instituciones socio-religiosas y habitan barrios separados del resto.


Economía

En los territorios de la Corona aragonesa, se estimuló la permanencia de los antiguos pobladores, tras la toma de tierras, lo que propició la pervivencia de las antiguas actividades agrícolas. Las ciudades que surgieron en las costas entraron rápidamente en contacto con los puertos mediterráneos, limitando las importaciones y pasando, a continuación, a la exportación.

En el campo la agricultura y la ganadería, se equilibran. El desarrollo de la agricultura creó un mercado de consumo y favoreció las inversiones en una rudimentaria "industria" que, si bien en un principio sólo abasteció las necesidades locales, desde el siglo XIII suministró productos para un activo comercio que, tal vez, existiera ya desde el siglo XI. Sabemos del comercio de re-exportacion (pimienta, lino, algodón, comino, canela, incienso, etc.); de la exportación conocemos productos tales como cera, cuero, tejidos, harina, hierro, madera, etc. El papel de la nobleza en todas estas actividades comerciales fue muy activo.

Conocemos la existencia de organizaciones profesionales: cofradías, con un papel claramente gremial, protegidas por el poder real y con la supervisión de la nobleza.

En el área catalana las asociaciones de mercaderes son creación de Jaime I (siglo XIII), cuyas ordenanzas son el antecedente del Consulat del Mar que desde Cataluña, se extiende hacia Valencia; en el XIV, se remodela otorgándole mayor autonomía para actuar más eficazmente ya que, en esta época, el comercio mediterráneo estaba afectado por una crisis. Este código comercial se convirtió en algo frecuente en toda la cuenca mediterránea.


CATALUÑA


        La dominación musulmana llego a su fin en Cataluña con la expedición de Carlomagno, que en 785 fundo la Marca (frontera) Hispánica, gobernada por un comes marcae o marchio, delegado del emperador, y los condados de Pallar, Ribagorza, Ausona (Vich), Gerona, Barcelona y Ampurias, a los que Ludovico Pio (814-40), hijo y sucesor de Carlomagno, agrego los de Urgel y Cerdaña.    

Todos ellos eran feudatarios de Francia y el que adquirió mas importancia, fue el de Barcelona, que obtuvo su independencia con Wifredo el Velloso (874-98), que ocupo los condados Manresa Y Ausona y dominó sobre el campo de Tarragona.

 Borrel II (957-92) tuvo que huir de Barcelona, saqueada por Almanzor. Ramón Berenguer I (1035-76), acrecentó su poder al publicar el Código de los Usatges, y su nieto Ramón Berenguer III el Grande (1096-1131), heredo los condados de Besalú y Cerdeña, rechazo victoriosamente a los Almoravides y por su matrimonio con Dulce, heredera de la Provenza, adquirió en Francia extensos dominios que llegaban hasta la frontera italiana, dominios que dejo  su segundo hijo.

         El mayor de ellos Ramón Berenguer IV (1131-62), tomó al casarse con Petronila de Aragón el título de Príncipe y dominador de Aragón y gobernó este país como regente; llegó a un acuerdo con los Templarios y Hospitalarios y acabó la reconquista catalana con la toma de Lérida, Tortosa y Ciurana.

 ALFONSO II (1162-96) hijo de ese matrimonio, unió las coronas de Aragón y Cataluña, adquirió los territorios de Provenza Y Rosellón y la soberanía sobre la mayoría de los señores feudales del sur de Francia; ayudó a Alfonso VIII de Castilla en la toma de Cuenca; eximió a su reino del vasallaje al de Castilla; extendió los limites de Aragón por el sur a expensas de los moros, en forma que sólo quedaron independientes en esa frontera meridional los señorios de Molina, con los de Lara y Albarracín, con los de Azagra; al morir dejó la Provenza a su segundo hijo Alfonso.

  El mayor, Pedro II (1196-1213), tomó el titulo de Católico después de declarar su reino feudatario de la Santa Sede al ser coronado en Roma por el papa Inocencio III y obligarse al pago de un censo anual, lo que disgustó a sus súbditos; ayudo a Alfonso VIII de Castilla en las Navas de Tolosa y murió en la batalla de Muret luchando contra los abusos de Simón de Monfort a sus vasallos franceses, que le habían llamado en su ayuda.


En torno al condado de Ribagorza, de influencia carolingia, se articulará el futuro reino aragonés. Una política de conquistas y enlaces matrimoniales, junto con pactos con la vecina Castilla harán de este territorio un área geopolítica estable.

Del reino aragonés, el monarca más conocido es, sin duda, Alfonso I el Batallador, quien se apodera de plazas al sur del Ebro, Calatayud y Zaragoza. A la muerte de Alfonso, su reino pasa a su hermano, que pretende dividirlo; la coyuntura es aprovechada por Navarra para separarse y por los castellanos para ocupar Zaragoza, alegando que el taifa de Zaragoza había sido vasallo de Castilla.

La salida a la crisis vino de la mano de otro hermano de Alfonso, Ramiro II, el monje, quien vuelve las cosas a su sitio, y cuya hija se casa con el Conde de Barcelona, creando las bases para que el nieto de Ramiro II reine sobre Aragón y sobre Barcelona al mismo tiempo. Se trata de Ramiro III, quien emula a su tío-abuelo en lo referente a conquistas.


Aragón


Ramiro I (1035-63) heredó de su padre, con titulo de rey, el antiguo condado de Aragón y de su hermano Gonzalo (1037) los de Sobrarbe y Ribagorza, además de conquistar Benabarre a los moros. Su hijo Sancho Ramírez (1063-94) acepto la corona de Navarra ensanchó  sus dominios con la toma de Barbastro y Monzón y murió  en el sitio de Huesca. Con sus hijos Pedro I y Alfonso I el Batallador  ( rey de 1104-1134) el reino  aragonés se hace uno de los estados mas poderosos de la Península, sobre todo durante el reinado del segundo, que conquisto Zaragoza (1118) y los valles del Jalón y del Giloca.


 Alfonso hizo que reconocieran su soberanía varios señores franceses, como los condes de Bearne, Bigorre, Foix y Toulouse, logro una notable victoria sobre los moros en Arinsol (1126) y llego hasta Salobreña en el Mediterráneo; el resultado mas importante de esta expedición fue el haberse traído del Sur 14.000 mozárabes, con los que repobló las nuevas tierras reconquistadas al sur del Ebro. Su ultima campaña contra los moros de Fraga  y Lerida acabó desastrosamente con la muerte del monarca.       


En su testamento había legado sus Estados a las ordenes militares de Temple y Hospital, pero ni aragoneses ni navarros acataron tal disposición , los primeros escogieron por rey a su hermano Ramiro II , hasta entonces monje benedictino en Saint-Pons de Tomieres. Poco apto para gobernar , tuvo Ramiro, no obstante, el acierto de casar a su hija Petronila, de dos años de edad con el conde de Barcelona , Ramón Berenguer IV, tras de lo cual se retiró otra vez al claustro (1137).


                Jaime I (1213-76) el Conquistador , hijo de Pedro II, fue en el este español lo que San Fernando en el Oeste. Conquisto las Baleares (1229-35) y Valencia (1232-45), con lo que se erigió en dueño de las tierras que correspondían a su reino por el pacto hecho con Castilla; renuncio a los derechos tradicionales de Aragón en el sur de Francia y, al morir, dejo sus tierras francesas y las Baleares  a su segundo hijo, Jaime, con titulo de rey de Mallorca, y los demás estados al mayor, Pedro III el Grande (1276-85), que incorporo el señorío de Albarracin y con quien comienza la expansión mediterránea al adquirir el reino de Sicilia por su esposa Constanza de Suabia.

 Para conseguir sus éxitos hubo de otorgar a la nobleza el Privilegio General, que confirmaba todos los anteriores. Su hijo Alfonso III (1285-91) concedió el Privilegio de la Unión , que otorgaba ventajas aún mayores.

 Jaime II (1291-1327) renunció a Sicilia en su hermano, mantuvo correspondencia con casi todos los reyes de su tiempo, adquirió el valle de Aran y Cerdeña, y ejerció una especie de protectorado sobre los países mediterráneos; en su tiempo tubo lugar la expedición de los Almogavares  a Grecia. La lucha con la nobleza se renueva bajo Alfonso IV (1327-36) y Pedro IV (1336-87), convirtiéndose en guerra civil, en la que al fin triunfa el rey (Epila 1348), que rompe con su puñal el Privilegio de la Unión.

 Pedro reincorporó el reino de Mallorca a sus estados y aceptó la soberanía del los ducados de Atenas y Neopatria.  En su segundo hijo Martín I (1395-1410) se extingue la casa de Barcelona y es elegido para sucederle, en virtud del Compromiso de Caspe (1412), Fernando de Castilla, hijo de Juan I  y de Leonor, hija de Pedro IV.


En el área navarra surge un reino que llega hasta la actual Tudela. Todos los reinos cristianos van avanzando terreno en dirección sur; su existencia va a ser en base al vasallaje que mantienen con Córdoba, a la que pagan tributos y de la que tienen que aguantar continuas intromisiones (aceifas).


Reino de Navarra

        Navarra, en el núcleo centro-oriental, desempeñó al principio de la reconquista una transcendente misión y fue uno de los reinos mas importantes. Mas luego, al ver bloqueada su expansión hacia el sur por la convergencia del avance castellano-aragones, se recluyó en sus fronteras, salvo en  las ocasiones excepcionales en que presto su colaboración a la tarea de la reconquista; terminó girando en la órbita de Francia.

 Sancho Garces I adelantó su territorio hasta Najera y Tudela, aunque sufrió a manos de Abderrahmán III la derrota de Valdejunquera (920); su viuda la reina Tota, regente de García Sánchez I, interviene activamente en la política peninsular e incluso, aliada con Ramiro II de León , toma parte personalmente en la batalla de Simancas (939).

 Sancho el Mayor, el monarca mas poderoso de su tiempo, reúne bajo su cetro Navarra, Castilla, Aragón y los condados de Sobrarbe y Ribagorza, que al morir, distribuye entre sus hijos García, Fernando, Ramiro y Gonzalo con el titulo de reyes. De Navarra nacen como reinos Castilla y Aragón.

  El territorio que heredó su García III comprendía, además de la actual Navarra, las comarcas de Alava, Guipúzcoa, Vizcaya, la antigua Castilla la Vieja ( desde los montes de Oca hasta Santander), Rioja y la Bureba; el batallador García se empeña en una serie de luchas fratricidas y muere a manos de Fernando en Atapuerca.

 Asesinado Sancho IV en Peñalen por su hermano Ramón , los navarros, no queriendo aceptar por rey a un fratricida, proclaman al aragonés Sancho Ramírez. De 1076 a 1134 marchan juntos Aragón y Navarra.

 El restaurador de la monarquía, García IV Ramírez, defendió con tesón su reino contra los ataques del conde de Barcelona Ramón Berenguer IV y el emperador Castellano Alfonso VII, de quien tubo que reconocerse vasallo.

 Sancho VI se vio obligado a reconquistar palmo a palmo la mayor parte de su territorio, que le había sido arrebatado por los mismos enemigos de su padre.

 Cierra  el ciclo de la casa de Navarra Sancho VII, a quien , por su participación en la batalla de las Navas de Tolosa, debe Navarra las cadenas de su escudo. Con él termina virtualmente la colaboración de Navarra en la reconquista.

  Las cuatro dinastías que se suceden son francesas y sus intereses son más ultrapirenaicos que peninsulares. Carlos II, fundador de la cámara de los comptos , cruel con sus súbditos e infiel a sus compromisos, intervino con astucia política en los asuntos de Francia y estuvo a punto de hacerse con su corona.

 Su hijo Carlos III, en cambio, se granjeó por su buen gobierno el amor de sus vasallos y actuó de mediador en las guerras que se suscitaron en su tiempo;  en  la historia se le conoce con el titulo de Noble.


El  fin del proceso



        En el año 1474, Isabel de Castilla sucedía en el trono a su hermano Enrique IV (1455-1479) tras el complicado pleito sucesorio con Juana la Beltraneja, y en 1479 Fernando II de Aragón heredaba la corona de su padre Juan II (1442-1479).

 La unión matrimonial de ambos reunía dinasticamente, y en la persona de un sucesor, los dos grandes reinos peninsulares. Navarra fue anexionada por Fernando el Católico en 1515, y Granada, ultimo reino de Taifa musulmán en la península, era reconquistada en 1492.

        El fin del proceso unificador y la política matrimonial de los Reyes Católicos , pondrían fin al modelo de monarquía de la reconquista y darían paso a un nuevo modelo encarnado en su nieto, el Emperador Carlos.


BIBLIOGRAFIA



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